Presento esta columna en respuesta a un editorial titulado “Jenni Rivera y el abismo cultural”escrito por el reconocido periodista Jorge Ramos, mismo que puede ser leido en su sitio Web: http://jorgeramos.com/jenni-y-el-abismo-cultural/
En repetidas ocasiones, los puntos de vista del Sr. Ramos han diferido con los de un servidor; pero siendo un simple y esporádico comentarista local, mis opiniones han quedado en el tintero. Sin embargo, ha llegado el momento de teclear y exponer, ya que en las palabras del Sr. Ramos percibo una tendencia conocida como “liberal” entre los medios de comunicación norteamericanos.
Jorge Ramos abre su columna declarando que los americanos no nos entienden, aunque tratan de hacerlo; que existe un gran abismo cultural entre los latinos y el resto del mundo. Mientras los medios hispanos de comunicación difundían la noticia de la muerte de Jenni Rivera, explica Ramos, los medios americanos se preguntaban quién era ella. No existía, así como no existen millones de hispanos. Violinazo aparte, estoy completamente de acuerdo. Durante décadas me indignaba el hecho que, como población, todo el mundo estudia a Estados Unidos; pero el americano “promedio” vive dentro de su propio mundo, ignorando lo que existe fuera de sus fronteras y sin interés por aprenderlo.
Como extranjeros aspirando al famoso “sueño americano”, nos preocupamos por aprender su idioma (algunos de nosotros), conocer sus costumbres, inclusive estudiar su historia. ¡Cómo puede ser posible que ellos no nos tengan la misma consideración! ¡Cómo pueden ser tan arrogantes que no se tomen la molestia de aprender un poco acerca de sus vecinos al sur de su frontera! Muy sencillo: nosotros necesitamos de ellos, pero ellos no sienten necesitar de nosotros.
Dice Ramos que Jenni no debería haber sido una desconocida para los medios en inglés, pues vendió más de 15 millones de álbumes. Correcto, pero tengo entendido que la Sra. Rivera cantaba en español. ¿Por qué estarían obligados los reporteros americanos de espectáculos a tener conocimiento de la industria musical hispana? Esa suposición es tan arrogante como la misma arrogancia de la que son acusados los medios.
Ahora yo “se la voy a voltear”. ¿Por qué las telenovelas siguen siendo los programas con mayor audiencia en Estados Unidos, así como los partidos de futbol y los refritos – perdón – los episodios repetidos de Chespirito? ¿Por qué los Latin Grammys fueron un fracaso en la televisión en inglés y tuvieron que ser rescatados por Univisión para aumentar el rating? ¿Por qué hay mexicanos que viven en Estados Unidos hace 20 años y continúan viendo “el canal de las estrellas” y no tiene la más remota idea de quién es Jerry Seinfeld, por ejemplo, creador de la comedia más exitosa de los noventas? De nuevo, muy sencillo: porque existen millones de hispanos a quienes no les ha interesado integrarse a la cultura americana, trátese de sus costumbres o su idioma; lo que los investigadores llaman “aculturación” y “asimilación”.
Efectivamente existe un gran abismo cultural entre el público norteamericano que habla inglés, y la comunidad hispana que sólo habla español, pero los responsables de este fenómeno son los mismos hispanos que son renuentes a integrarse, y depende de nosotros el cerrarlo. El público americano ignoraba quién era Ricky Martin, hasta que incursionó en producciones en inglés, integrándose al reparto de la telenovela “General Hospital” y después lanzándose al estrellato cuando “meneó sus bon-bons” durante los Grammys en 1999, cantando “The Cup of Life”, versión en inglés de “La Copa de la Vida”.
Lo mismo se puede decir de Shakira, Enrique Iglesias, Salma Hayek, Sofía Vergara, William Levy, y muchos otros íconos hispanos, quienes han comprendido que son ellos quienes deben tocar las puertas del público inglés, no lo contrario. De hecho, Jenni Rivera, como la excelente empresaria que fue, también lo sabía, por lo que ya estaba en negociaciones con productoras americanas para desarrollar un “reality show” en inglés. No faltaba mucho para que los reporteros americanos de espectáculos se enteraran quién era ella.
Afortunadamente, Jorge Ramos es parte de la solución del abismo cultural del cual habla. Precisamente gracias a que domina el idioma inglés y se ha sumergido en el estudio de la cultura americana, le es posible tener conocimiento de esos dos mundos paralelos que menciona y “comparar notas”, como dicen los americanos. Esto es lo que la población hispana necesita hacer para ser parte del mundo americano. Somos nosotros quienes decidimos venir a su país; es nuestra responsabilidad aprender su idioma, sus costumbres y enseñarles a ellos acerca de nuestra cultura, no al revés.
Quienes lo han hecho, ahora son parte indeleble del mundo de habla inglesa. Es por eso que “la vida loca” de Ricky Martin y las caderas de Shakira pertenecen a la cultura americana.